Nuevas aperturas en triBall

Tres nuevos establecimientos han abierto sus puertas en triBall (área comercial del triángulo de Ballesta). Con ellos, se amplia la oferta gastronómica y de copas de la zona.

DE CATAR  (Desengaño, 11)
Con un diseño interior de líneas limpias y futurista y tomando a la tapa como pretexto, el lugar exhibe una carta envidiable de pequeños bocados a un precio más que razonable. Tapas clásicas revisitadas, como jamón ibérico con tomate y cata de salmorejo o bocaditos gourmets que mezclan quesos, magret de pato y solomillo ibérico. La oferta se completa con hojaldres, ensaladas, hamburguesas y postres (muy recomendable el pie de limón).

NAIF  (San Joaquín, 16)
Su ambiente, entre bistró berlinés y café de tendencia neoyorquino y su inmejorable situación en la Plaza de San Ildefonso ha logrado convencer a los habituales del barrio y a los que vienen de fuera. Un local que aúna decoración industrial y arte urbano, pero cálido y acogedor.
Su cocina está abierta todo el día, para comer, cenar, tomar un café o una copa, según la hora del día o la noche.  La oferta gastronómica se encuadra en el Fast fine: comida rápida, elaborada al momento, pero con ingredientes de calidad, cuidada presentación y apta para cualquier hora del día. Nachos mexicanos, ensaladas , chistorrisqueo (quesos con chistorritas de Navarra), sandwiches, hamburguesas bocadillos con pan de cristal… Suena a lo de siempre, pero cuando lo pruebes…  

MARTINEZ  BAR (Barco, 4)

Buenos cafés especiales, tés, chacinas de ibéricos y cecinas, sencillos pero gustosos platos para picar y ricas tartas del día…. Pero donde Martínez Bar destaca es en las copas. Junto a la coctelería clásica o sus deseables aperitivos y digestivos, destaca la preparación de sus gin & tonics, con elixires caseros e infusiones de alcohol Premium que ellos mismos elaboran siguiendo la tradición de los speakeasys neoyorquinos. También destacan  las versiones domésticas de tragos clásicos como el daiquiri, su mojito de pepino, appletini con pera y canela, o el piedra lunar, con vodka de rosa. La barra y los muebles son antiguedades originales de la Mansión del Fumador, un estanco que llevaba décadas ubicada al otro lado de la Gran Vía.

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